lunes, 4 de noviembre de 2013

Cuando menos te lo esperas

Me encuentro en un mundo que no es el mío... Y lo sé. Es extraño, pero me cuesta acostumbrarme... Supongo que sé que no es realmente mío, que simplemente es de prestado... Pero ayer...

... Ayer, por un instante, en un momento ínfimo en que miré a través del cristal y traspasé aquella puerta que tantas veces he cruzado antes, me sentí bien. Era parte de aquello... Aunque realmente, no fuera mi mundo. Supongo que yo también tuve algo así alguna vez, aunque casi no pueda recordarlo, aunque me parezca algo lejano...

¿Podría acostumbrarme a esto?


Sé que no es lo que esperaba, que se me hace grande, enorme, inmenso... Pero me había olvidado de lo más importante: la calidez... Lo sencillo del día a día, de las palabras, de las sonrisas de cariño que aunque ajenas, se me antojan para mí, mías... Y hacía tanto que no sentía todo eso...
Una vez se rompió todo, sólo supe seguir adelante con lo que tenía. No pedí nada más, simplemente, saber continuar sin echarlo de menos... Al menos, hasta que yo pudiera echar a volar.

Y ahora... ¿Qué? No soy de este mundo nuevo y me da miedo formar parte de ello... Pero hace tanto tiempo que no siento esta calidez, que ahora no quiero perderla...

Y entre todo este caos, no paro de preguntarme...

Entonces... ¿Es así cómo se siente?

2 comentarios:

  1. Eso me llevo preguntando yo todas las mañanas desde hace tiempo ya...

    Primero con vacío, luego con pesadumbre, más tarde con estupor, después con hastío, y ahora con alegría...

    Un besazo, flaca, porque nos lo merecemos ;)

    ResponderEliminar