"Cuando la gente tiene miedo no actúa con normalidad. Tenéis que prometerme que nunca tendréis tanto miedo que os impida actuar con normalidad..."
(Brújulas que
buscan sonrisas perdidas – Albert Espinosa)
Fue escuchar estas palabras y entender muchas cosas. Sentirme identificada. Comprenderme un poco más.
Siempre me han dado miedo los cambios y la incertidumbre. Me cuesta muchísimo aceptar un giro inesperado, una vuelta de tuerca, aceptar un nuevo camino. Y cada año que pasa, supongo, cuesta más. ¿Por qué? Supongo que por las experiencias vividas: Temes que te hagan daño u a hacerlo a personas que quieres, tienes miedo a sufrir o a equivocarte y no poder rectificar, a no poder superar lo que te llega, a arrepentirte de las decisiones tomadas. Todo te asusta. Y dejas de pensar con claridad.
Es curioso, una vez una gran persona me dijo que sabía que las personas que más ansiedad sentimos con las decisiones y los cambios, son las más conscientes de la vida, las que más aprecian lo que tienen y valoran. Pero también pienso que somos las más temerosas. Porque vivir con miedo significa no vivir al 100% por miedo a lo que venga después. Con miedo, el pensamiento es confuso y difuso. Y yo no quiero esa vida.
He tardado mucho tiempo en darme cuenta de ello, en ser consciente de que muchas veces he tenido miedo y no he sabido reconocerlo hasta que lo tenía sobre mis hombros. Pero ahora, ahora que he pasado por ello, que he vivido, pensado, sufrido, llorado y luego reído, ahora he sabido cómo reconocerlo y quiero ser libre del miedo. Libre de cualquier decisión futura, de cualquier incertidumbre. Quiero vivir mi vida, tal y como siempre he querido: Sin miedo al miedo.
Como leí una vez en alguna parte "Quien se aflige antes de tiempo, se aflige más de lo necesario". Y no pienso ser yo quién cumpla esa reflexión... Que aún tengo mucho que aprender, muchas personas a las que amar y muchas sonrisas que regalar...

"El miedo hiere más que las espadas"
ResponderEliminar