Me siento genial con el viento de cara, con el paisaje de la playa y mi banda sonora particular de fondo. Me encanta no pensar en otra cosa que en la velocidad que llevo y lo bien que se está tras el manillar. Hace que me olvide de todo y que me sienta super bien. Y ahora es cuando entiendo perfectamente a mi amigo Tillocai cuando dice que el deporte es salud y que no pasa un día sin que no haga ejercicio. Cuanto más tiempo pasa, más me doy cuenta de cómo me lo pide el cuerpo y cómo de necesario se me está empezando a hacer.
Incluso en esos días que me despierto con alguna preocupación en la cabeza o con ideas algo tristes, la bicicleta consigue que, cuando subo en ella, no exista nada más. Sólo ella, yo y la música. Es una sensación tan agradable, que casi no se puede explicar... Es necesario probarlo :)
Adiós al sedentarismo. Hola al deporte que más me gusta... Y a soñar en mi transporte de dos ruedas... ^^

No hay comentarios:
Publicar un comentario