Tan sencillo como las palabras...

Creo que nunca hasta ahora me he dado cuenta de cuánto me gusta, cuánto necesito y lo mucho que me hace sentir el simple hecho de escribir.

He estado sin pc una semana entera, con las tardes más o menos libres y no he echado de menos visitar ninguna red social, ni ver las páginas típicas que suelo mirar a diario, ni leer las noticias, ni siquiera he echado de menos el correo (que siempre se agradece tener correspondencia ^^). He echado de menos esto. Poder sentarme frente a un folio virtual en blanco y dar rienda suelta a mi inspiración. Y os prometo que casi lo necesitaba como el aire.

Y os preguntaréis... ¿Y por qué no escribiste con papel y lápiz, como antaño? Pues porque me he acostumbrado a escribir en el ordenador por una sencilla razón: Tecleo más rápido de lo que escribo y mis ideas aún van más rápidas de lo que tecleo (y cuesta retenerlas sin pasar a la siguiente cuando tienes ideas que te desbordan la cabeza ^^) por lo que, imagináos mi frustración al coger un folio y un lápiz y ver que no era capaz de escribir tan rápido como volaba mi imaginación. Era una sensación terrible.

Y ahora, por fin, en mi habitación, con mi ordenador, mi música, mis historias... Me siento (casi) como en casa. Es como alimentar al alma a través de palabras. Es como hacer llegar un mensaje al mundo, aunque ni siquiera tengas por qué enviarlo. Y lo adoro. Lo adoro tanto que si me falta, es que algo me pasa. Lo necesito con tanta fuerza, que casi no recuerdo un sólo día en que no escriba, aunque sea una simple línea, un poema corto, una idea absurda.

Casi como renacer. Y lo mejor es que puedo escribirlo cuántas veces quiera, con tantas formas como imagine y reinventarlo...