Recuerdas esa promesa que te hiciste.
Perfectamente.
Casi como si fuera ayer.
Recuerdas con claridad el momento, el sentimiento, el pensamiento.
Y de pronto, ocurre lo que esperabas: aparece el momento de llevar a cabo esa promesa tomada por la rabia de aquellos días y... No tiene sentido. No te alegras, no es lo que esperabas. Y lo único en lo que piensas es que ya no te importa y un gran "me lo esperaba" pintado en letras bien definidas en tu cabeza.
Lo has superado. Y no es algo que ocurriera de pronto. Poco a poco, fuiste dejando la ira y la rabia de lado, dejando entrar a la indiferencia y el perdón. Ni siquiera piensas aquello de "que el karma te lo haya devuelto como se merece" porque realmente, no hay nada que merecer, ni el karma tiene nada que hacer. No desde que hubo perdón y se acabaron las cadenas de tu recuerdo.
Hubo un momento en que fui libre y no me di cuenta hasta que cayeron en mis manos algunos recuerdos. Y cuando me vi sonriéndote, recordando los buenos momentos, supe que ya, éramos libres. Espero que seas feliz y espero que vuelvas a retomar aquello que dejaste atrás. Que vuelvas a ser quién una vez conocí. Que tú, al igual que yo, olvides lo malo y te quedes con lo bueno.
Espero que simplemente, a partir de aquí, esperes siempre algo mejor.
Cuando sólo recuerdas lo bueno, sonriendo, con cariño, es que has pasado página.
ResponderEliminarEs el mejor momento del dolor. Cuando acaba de desaparecer y te das cuenta :)
Un besazo guapa :D :*