... Y es que lo importante no está en las cosas, o en el momento perfecto.
Eso lo aprendes con el tiempo. No tiene que ser sublime, sin fallos ni imprevistos.
No. Simplemente tiene que fluir, tienes que dejarlo llevar... Y así es como ese
momento se hace irrepetible, memorable y único.
No necesitas planearlo todo al dedillo, ni que salga exactamente como esperabas. Sólo tienes que compartirlo con las personas que quieres, las que ocupan un lugar irreemplazable en tu corazón... Y entonces, sin más... Todo se vuelve perfecto.
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